Hola, ¿qué tal? Aquí More, reportándome desde el primer newsletter de ¿Qué andas leyendo?
Si bien el proyecto original lo pensé exclusivamente como un podcast, Cata, la librera de Mercurio, me sugirió la posibilidad de agregarle un extra, con datos y un poco de backstage. Me quedé rumiando con esta idea, y con el hecho de que la novela que nos convoca hoy, Panza de burro, es para mi una fuente interminable de análisis, además de ser la primera lectura que me dejó esa fascinación primernovelera que motorizó este proyecto. Así que hoy les traigo un poco de todo. Preparate el matecito que empezamos.
Para un newsletter no hay nada mejor que otro newsletter
Era seis de enero del 2021, todavía transitando un limbo entre encierro y libertad colectiva, en ese primer verano pandémico. Hacía un tiempo que me había suscripto al newsletter Un césped. La premisa me pareció cautivante: todos los miércoles, Verónica Barrionuevo te enviaba un cuento de su elección, que incluía una corta introducción y un breve análisis al final. Gracias a ella, conocí y leí por primera vez a varixs autorxs que hoy me encantan, como Juan Forn o Alejandra Kamiya. En la entrega #24, Verónica se dio el lujo de compartir un capítulo de Panza de burro, novela que todavía no se conseguía tan fácilmente en Argentina (o por lo menos no cuando la quise buscar).
Semana #24 - Qué ves cuando me ves
El capítulo que envió fue “comerme a Isora”, el cual nombramos en el episodio del podcast. ¿Casualidad? Lo dudo. Es un texto fascinante, que no spoilea la trama pero sirve para encontrarse con lo que va a ser el esqueleto de la novela: la narradora, la relación con Isora, su manera de hablar.
Ese año, unos meses después, una librería virtual cuyo nombre ya no recuerdo anunció que tenía unos pocos ejemplares para vender. Me transformé en Fran Fine comprando ropa de rebaja: si hubiera sido en vivo y en directo, no dudaba en taclear a alguien para conseguirlo. Les escribí lo más rápido que pude, reservé mi ejemplar y lo leí enseguida. Entré como por un túnel y terminé sin aire, como si hubiese estado conteniendo la respiración. Lo cerré preguntándome cómo era posible que fuera la primera novela de alguien, en especial porque la autora es de mi generación. Es ridículo que eso me llame la atención, lo tengo claro, pero encontrarme con alguien de mi edad que tiene un talento tan arrasador me produjo una gran admiración y una fuerte envidia por partes iguales.
Cuando empecé a ver entrevistas de Andrea, la admiración fue aumentando (y la envidia disminuyendo porque que feo, che). Para este newsletter, decidí que quería acercarles a ella desde sus propias palabras, y me encontré con que muchas de las cosas que concluimos o hablamos con Juan y Clari eran parte de una búsqueda absolutamente consciente, con una intención casi militante en los temas que aborda y las formas que elige. Entonces, ante todo, quisiera que la escuchen a ella:
Una de las cosas que más me fascinó fue la influencia latinoamericana que asume en su escritura y buscó en su obra. No es la única autora de este podcast que va a decir algo así. Resulta como mínimo curioso encontrarse con el impacto que está teniendo la literatura actual de autoras latinoamericanas en la escritura peninsular. No es nuevo, obviamente, la influencia y el intercambio son históricos, pero hay algo de pisar fuerte que se está dando en los últimos años, especialmente por diferentes mujeres trans y cisgenero.
Lo que más me llamó la atención es la relación entre influencia y experimentación en el uso del lenguaje. El cruce está en la rebeldía verbal: no hablar bien. ¿Qué es hablar bien? Las personas hispanoparlante no españolas ¿hablamos bien?¿Por qué hay gente que toma a la RAE como español definitivo y herramienta prescriptiva?¿Dónde nos deja eso a todos los demás?
Si bien Andrea en ese video y en su novela dispara muchos temas para debatir, me voy a quedar parada un rato acá.
¿Qué? ¡Hablá bien! (Suller, S. 20–)
Uno de los temas que tocamos con mayor recurrencia en el episodio fue la forma en que está escrito, la idea de evocar la oralidad y el dialecto propio de Canarias.
Esta entrevista a varixs autorxs empieza así: ¿ustedes sienten que hay un modelo estándar del español en la literatura?
Tranqui la pregunta.
El video es largo, dura una hora y tiene un par de momentos un toque raros, pero es oro puro. Al igual que en la literatura durante siglos se buscó decirle a las mujeres cómo debían ser, se les dijo a las personas en general cómo deben hablar el español. Quizás estamos más habituados a ver los estereotipos en el cine, pero en un mundo donde cada país que habla español lo hace con su propia música ¿quién nos dice cuál música es la buena, y cuál la mala?¿Lo tenemos interiorizado, a fuerza de opresión y palo intelectual colonizador? Chan.
Sé que una hora parece mucho tiempo para un video sobre esto, pero créanme que no tiene desperdicio.
Hablame en bachata bb
En varias ocasiones Andrea habla de la música, en especial de la bachata y el reggaetón, como géneros que disfruta mucho. En esta entrevista, quizás la más distendida que le vi, al principio hablan de la música para el perreo considerada siempre de forma inferior y como consumo irónico, relacionada a lo “sudaka”. También se refieren a la evolución del género y al machismo en la música.
En Panza de burro, Shit e Isora son muy fanáticas de Aventura. Tienen un cuaderno donde anotan las letras que más les gustan, a las que consideran verdad absoluta. Shit se centra en un tema en particular:
El capítulo se llama “Voy aserte caricias ke no san inventao”, y termina de la siguiente manera:
Algo como versionar caricias, adaptarlas a sus necesidades. Sintetiza con tanta maestría la profundidad de este sentimiento que la desborda. Habla de música con su propio tono, le da su color particular.
Yo conocí esta canción gracias a una banda llamada Fuleras. Ellxs versionaron canciones latinoamericanas de diferentes músicxs, como Paquita la del barrio, el Príncipe Gustavo Pena o Miranda. Muchas ya las conocía, pero otras me resultaron completamente nuevas y se convirtieron en la versión original para mi. Esta es la Obsesión en la que yo pienso cuando me nombran el tema:
Siempre me fascinó lo teatral y cómico de esta versión. Les recomiendo que vayan a chusmear otras cosas de la banda, porque no tienen desperdicio.
Por otro lado, pienso en mi relación con el reggaetón. Siempre fui del grupo humano que menospreció el género, muchas veces burlándome del horror que me producen algunas letras. Sin embargo, hace unos años me encontré con Chocolate Remix, y empezó un camino de amigarme no sólo con algo de lo cual no sé lo suficiente como para tener una opinión tan tajante, sino con el hecho de que efectivamente me gusta. No solo me gustan muchas canciones que bailé de chica y cuyas letras mi cerebro atesora más que lo aprendido en la tecnicatura de bibliotecología, sino que el reggaetón en sí es un territorio en disputa para las feminidades. Qué sorpresa, ¿no?
Entonces, para cerrar este primer newsletter, quiero dejarles una canción de la reggetonera lesbiana y argentina, Chocolate Remix. Espero que lo disfruten y se echen un perreito feminista.
Hasta acá llegamos por hoy. Espero que te haya gustado y, si fue así, podes compartirlo con quien quieras.
Si tenés ganas de charlar sobre esto u otros libros, me encontrás en Instagram como @morenamarch
Nos vemos en febrero.
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